Letra: Carlos Ceretti, Oscar Pometti
Música: Oscar Pometti
Yo he visto a una rosa alba
que buscaba su destino
y al no tener pies, no pudo al nacer,
ni andar, ni correr el camino.
La rosa ya presentía
lo difícil de estar vivos.
Las flores no cantan,
no alumbran, no avanzan
y en la noche oscura
apenas son un latido.
Hoy la rosa es más que una flor es un río, es nube, es luna de amor. Ha escuchado mi canción que es su savia y su vino. Y al cantar por fin caminó, pero no pensó cambiar de color ¡siguió alba! y fue albo también su destino. ¡Destino de sol!
Yo se de una rosa alba
hojas verdes, tallo fino.
Se puso de pié, temblando marchita.
Hoy la lluvia la invita a que venga conmigo.
Me sigue una rosa alba
compañera de camino.
Destino de luz, destino de amor,
destino de sol...
Mi destino.
Yo he visto a una rosa alba que buscaba su destino. Destino de luz, destino de amor, destino de sol... Mi destino.
Guitarras de Néstor Gómez y Oscar Pometti, Omar Gómez en bajo, Horacio López en percusión.
Voz y coros Oscar Pometti.
Técnico de grabación: Damián Lattanzi
Letra: Carlos Ceretti/ Oscar Pometti
Música: Oscar Pometti
Este video va como adelanto de este tema que estoy terminando de grabar con guitarras de Néstor Gómez y mía (Oscar Pometti), Omar Gómez en bajo, Horacio López en percusión. Voz y coros Oscar Pometti.
En unos días voy a publicar el video completo.
Si fuimos jugando los dos en la vida el juego inocente de las escondidas, al hacer balance ya no hay Dios que alcance para perdonarnos la cruel diversión.
Te oculté los vueltos de malas monedas. Vos, tu limpia risa y aún cuánta te queda. En sitios sin dueño dejamos los sueños. Así nadie encuentra vestigios de amor.
Te invito a que grites como cuando niña, después de algún beso o de alguna riña: ¡ piedra libre al negro, detrás del sillón ¡ Para correr, para alcanzarte y por fin librarte del hollín del corazón. Si tu llanto juega a las escondidas con mis dos verdades, con mis cien mentiras quisiera encontrarlo, pedirle perdón, no importa la cuenta llegaré al millón.
Buscando perdimos, también aprendimos a ocultar lo puro tras lentes oscuros. Sentimos vergüenza de lo que se piensa y hasta la conciencia jugó y se escondió.