A Homero Exposito
Musicalización de un poema de Héctor Negro
de su libro Gorrión del mundo por Oscar Pometti
El tango nos dio el lujo de otro Homero.
De Zárate llegó con su estallido.
Las manos enguantadas de metáforas y versos
como soles encendidos.
Se vino con las alas agrandadas.
Nos trajo universos que cabían
en cálidos compases insinuantes,
jugueteando entrañables melodías.
Con capa de percal cruzó la noche
y recaló en boliches de neblina.
Supo del vino angélico del alba.
De ginebras que nunca desafinan.
Expósito, sonaba su apellido
esdrújulo de abismo y fantasía.
Demiurgo de la noche inapelable,
a fuerza de cantar su canto ardía.
Su vaso se llenó de tango y luna
y convidó otra vuelta al mismo cielo
que bajó hasta su mesa a acompañarlo
y se quedó tendido en su pañuelo.
De Zárate llegó y Buenos Aires
le abrió los brazos y las madrugadas.
Él le pagó con cantos que no mueren
con chirolas de su voz resquebrajada.
El tango nos dio el lujo de otro Homero.
Expósito, filósofo y poeta.
El viento que no quiere que se vaya
lo trae hasta el girar de las veletas.
Y allí en sus flechas nos señala el rumbo
que con los tangos que sembró se ensancha.
De Zárate llegó y Buenos Aires
rendido ante su genio, le abrió cancha.
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